La acción del ambiente puede sobre la persona y por ello tienden a aceptar las ideas del ambiente, la persona se viene abajo (sucumbe). Individuo crédulo (fácilmente embaucable), pesimista, resignado, débil, con renuncias inexplicables a las cosas que fácilmente puede realizar. Su iniciativa es débil frente al ambiente.
Sienten el deber de seguir la voluntad ajena. Les falta creatividad y les sobra subvalorarse, escasa fe en sí mismo. No es capaz de defenderse a sí mismo.
Tendencia a retraerse frente a la presión de los otros, a renunciar a afirmar la propia personalidad, sensibilidad, realización y exigencias, a aceptar lo que le impongan los otros y a satisfacer sus deseos. Reaccionando con debilidad ante las dificultades. Debilidad para sostener su propio razonamiento cuando está en oposición al de los otros. Renuncia a elaborar proyectos de largo alcance, pues siente que le falta la energía para llevarlos a cabo. Poco colérico en intensidad y cantidad. Dado a posiciones subalternas e inadaptado a posiciones de mando.
Cuando es acentuado (menos de 30º) es síntoma de desmoralización, estado de ánimo abatido; puede ser ocasional cuando es consecuencia de excesivo cansancio, a un malestar físico temporal o a una reciente exposición a factores de estrés. Comportamiento renunciatorio, tendencia a las autorecriminaciones.
En exceso, personas depresivas de forma persistente. Con posibles pensamientos suicidas (según nivel de descendencia). Cuando las tendencias son suicidas puede darse la paradoja de que la escritura se torne ascendente días antes del óbito, pues la persona decide su propio camino de liberación y eso le hace sentirse eufórica.